Disfunción de ATM

La articulación temporomandibular o ATM, es la que permite los movimientos de la mandíbula como hablar, masticar y deglutir. Está formada por estructuras óseas, musculares y articulares.


Su disfunción, es una alteración de las estructuras que la integran generando tensión, inflamación y dolor. Afecta al 30% de la población, está generalmente infra-diagnosticada, ya que sus síntomas muchas veces se confunden con otras patologías.


Las causas pueden ser muy variadas, desde una maloclusión, bruxismo, traumatismo con desplazamiento del disco articular, contractura muscular, tratamientos dentales mal realizados, y el estrés como causa agravante.


Los Síntomas pueden ser variados; chasquidos, desgaste de dientes sin otro síntoma, tensión muscular en la zona, despertar con mandíbula dolorida, dolor de cabeza, cuello y espalda. Cuando la disfunción se agrava, hay dificultad al masticar y deglutir, dolor de oído con zumbidos, cuello con rigidez muscular, parestesia, y dificultad de movimiento. También puede provocar cambios en la alineación de los dientes y desgastes.


El tratamiento dependerá de la causa, aconsejamos la utilización de férulas de desprogramación con fisioterapia. Los analgésicos, relajantes musculares, antiinflamatorios y Botox, están indicados en fases agudas de dolor. En casos muy graves, es necesaria la artrocentesis para limpiar la articulación de adherencias, y otras cirugías más complejas.

Bruxismo

Es un trastorno involuntario parafuncional del sistema psico-neuro-muscular, caracterizado por el apretamiento y rechinamiento dental. Está asociado a múltiples alteraciones funcionales médicas, sociales, psicológicas y odontológicas. Afecta al 20% de la población (SEDO), más a mujeres que a hombres. En la actualidad, se considera una alteración neurológica  de naturaleza multifactorial.

El estrés, tanto de manera consciente como inconsciente, aumenta las manifestaciones diurnas y nocturnas de bruxismo. Todas las personas en algún periodo de su vida ejercen fuerzas musculares anormales. Suele iniciarse alrededor de los 18 años y remite espontaneamente, frecuentemente después de los 40 años.

Los pacientes con bruxismo aumentan las fuerzas oclusales excéntricas hasta 102 Kg, entre 30 minutos a 3 horas al día.

El bruxismo es una patología destructiva del sistema masticatorio.

El bruxismo céntrico o apretamiento, daña el cuello de los dientes, provocando desgastes cervicales. Se confunden con otras lesiones no cariosas provocadas por un cepillado traumático. Los premolares son las piezas dañadas. También provocan lesiones periodontales, musculares, y alteraciones en ATM.

El bruxismo excéntrico o rechinamiento nocturno, daña el borde incisal y oclusal de los dientes, generando atriciones en distinto grado, causando modificaciones faciales por reducción de dimensión vertical.


El tratamiento, en la mayor parte de los casos, se basa en la colocación de una férula rígida a medida con características particulares para cada paciente, que proteja dientes, encías y ATM. El tratamiento requiere de un control y seguimiento continuo. En el caso de gran destrucción dental, es necesario rehabilitarlos, devolviéndoles su anatomía y dimensión vertical. Otras veces se requiere de ortodoncia para poder solucionar la maloclusión. Las placas de stock que se venden en farmacias, tiendas de deporte o por internet, pueden empeorar la evolución del paciente

Recientemente, las investigaciones en fisiología del sueño que estudian los desórdenes de sueño y/o alteraciones de la respiración durante el mismo, han demostrado la  interrelación entre el Síndrome de Apnea e Hipoapnea del sueño (SAHOS) y el Bruxismo. “El 90% de las personas con bruxismo nocturno presentan apnea del sueño en alguno de sus estadios, por lo que su vínculo es innegable”

El diagnóstico temprano de bruxismo, mitiga el impacto en los dientes, huesos y encías. 

El término bruxismo proviene del griego βρóχειν, que significa apretar.